-Querido, los niños están prontos, ya tomaron la leche y se pusieron las mochilas. Dales un beso que se van a la escuela- dijo mi esposa desde la puerta secándose las manos en el delantal.
-¿Van caminando?- pregunté apoyando la taza de café en la mesa.
-Sí, dice la radio que hay un día espléndido. Yo ya tengo la sombrilla y la heladerita, vamos a aprovechar para ir a la playa y ya de paso sacamos al perro. Dale, apurate que se puede nublar.
-¡¡Noooo!!! ¡Paralos!!!!- grité lo mas fuerte que pude- ¿ya se fueron?
¡Paraloooos! ¡Dice la radio que se viene un huracán!
-¿Cuál radio?
-¡La que está en la mesita!
-Debe haber un error, la radio de la cocina dice que está precioso.
-No, vieja. Encerrémosnos. Vazquez Melo nunca se equivoca. Si te dice que se viene un huracán es porque se viene un huracán- le expliqué dejándome ganar por los nervios.
Mi mujer mi miró con la misma cara de siempre y me espetó:
-Ese tipo es un payaso.
-Vos hacé lo que quieras, Clara. Yo me voy a preparar para el huracán.
-¿Y qué tenemos que hacer?
-Hay que hacer lo que diga Vazquez Melo, escuchá: prepará el botiquín, agarrá los documentos importantes, manoteá los pesos que tenemos, anotá en una tarjeta los nombres de nosotros por si nos pasa algo, buscá comida enlatada, poné cinta en los vidrios, llená las piletas de agua, ponele un tutor al potus, decile al abuelo que se meta en el dormitorio, atá al perro, sacá las sillas de la terracita que se pueden romper los vidrios, cerrá los postigones...¡Nooo! ¡Nooo!
Alejate de la ventana, agarrá medicamentos, linternas, fósforos, velas.....
-Ya está viejo, ya hice todo lo que me pediste- dijo mi mujer respirando con mucha dificultad, arqueada apoyando sus manos en las rodillas y con el pelo cayendo sobre su cara.
-Entrá la ropa de la cuerda que yo voy a terminar de clavar estas tablas en la ventana y vamos a prepararnos para estar encerrados unas semanas.
-¡Pará! ¡Pará con el martilleo, viejo! -gritó mi mujer- Dice Torraca en la tele del comedor que no es cierto lo que dice el tipo de la radio de la cocina- y aprontó otra vez a los nenes para mandarlos a la escuela.
-Bueno....a estudiar!- les dije y les palmeé las mochilas.
-¡Paráááá! ¡Escuchá! ¡Dice Cisneros que lo que se viene es mucho frío!
¡Entralos! Ponele guantes, gorras pasamontañas, equipos de nieve, orejeras de algodón, botas de cuero y fijate si podés hacerles unos esquíes con las tablas que estabas poniendo en las ventanas. Parece que se viene una nevada grande. Los caminos se cortarán. Prendé la estufa, rompé las sillas que entraste de la terracita porque no nos va a alcanzar la leña, tapame el potus, traé una pala para sacar la nieve, poné burletes, dale una manta al abuelo, llamá al perro, colgá la ropa en la estufa ¡Se vieneee la nevadaaaa! ¡¡Los caminos se cortarán, habrá un alud de nieve de la montaña y nos tapará. ¡Mi Dios, mi Dios! ¿Qué haremos?- gritó mi mujer con los ojos a punto de llorar.
-¿Nevada? En el kiosco habrá Nevada por que lo es acá... olvidate. ¿De qué montaña me hablás si lo mas alto que tenemos cerca es el cerro Pan de Azucar. No te dejés enloquecer por los periodistas ¿Qué radio dijo eso?
-La de la mesita.
-¡Noooo! Ahora está diciendo Metsul en la radio del comedor que hubo un error en la radio de la cocina, dice que lo que se viene es la lluvia. Poneles pilot, botas de goma y paraguas. Eso es... ahora colocales este nylon sobre las mochilas ¡Chau, chau chiquilines! ¡Que les vaya bienn! ¡Adiooooos!.....¡Noooo! ¡No se vayan! ¡Entrá a los niños! ¡Dice Ramis en la radio reloj que se vienen inundaciones!
Vamos, tenemos que subirnos a los techos. Subite por las sillas de la terracita...¡Noooo! Las sillas las quemamos cuando se venía el frío.
Bueno, trepate por acá...eso es...alcanzame al abuelo. Vamos, agarrate de los esquíes... digo de las tablas. Subí a Raquelita...eso...
Leandrito trepa solo, colgá la ropa en la antena, subí al perro, ponele un salvavidas a Raquelita, traé una pistola de bengalas, un traje de goma para Leandrito, una brújula, ponele patas de ranas al abuelo, inflame el bote, no me regués el potus que se me pasa de agua, alcanzame las cañas de pescar...¡Escuchá, en la radio del abuelo están diciendo algo!- dije poniendo pan picado en el medio mundo.
-¿No será que cambiaron de idea, no?- preguntó mi mujer atándose a la chimenea.
-Atención, están diciendo que windgurú asegura que Metsul se equivoca.
Dice que no habrá inundaciones, que lo que se vienen son temperaturas altísimas. Están pidiendo que la gente se proteja del sol. Vamos vieja, vamos, bajemos. Acá estamos en el peor lugar. Guardá el bote y los salvavidas,bajemos, por acá...alcanzame el perro, volvamos para adentro de la casa con los niños o el ozono nos va a hacer pelota.
Sacale el sobretodo al abuelo, eso, cuidado, rociame el potus.
-Acá estamos seguros- dijo Clara- ahora vamos a quedarnos adentro por unos meses, sacá al perro un ratito pero con gorra, apagá la estufa, abrí las ventanas para que entre aire, volvé a clavar los postigones pero ahora para que no entre el sol, juntá agua en el bote, prendé el ventilador y secá la ropa, ponele protector solar a los niños, eso.. hagamos bastante hielo por si no podemos salir por dos o tres años, sacá las silllas de la terracita con la sombrilla... lo que quedó de las sillas. Ponete malla, baldeame el potus, abanicá al abuelo....¡paráaaaaaa! ¡Los de meteorología levantaron el paro para avisar que lo que se viene es granizo!!! ¡Dice que son piedras enormes! ¡Dice que el lugar mas seguro son los baños! ¡Hay que encerrarse en el baño!!! ¡Vamos! ¡A correaeeeeer! ¡Viene granizo!! ¡No hagan hielo que no precisa! Todos al baño, Meteorología cuando no está de paro no le erra nunca!
Patiné en la alfombra del baño y frené justo en el water, mi hija se abrazó del perro, Leandrito del bidet y mi mujer del potus. El abuelo llegó en la silla de ruedas y logró frenar justo en la ducha.
-¡Rápido, cierren la banderola! ¡Pongan toallas en la ventana y papel higiénico debajo de las puertas! ¡Se viene el granizo! Colgá la ropa de la cortina de la ducha, clavemos los esquíes en la puerta, digo la balsa, digo las tablas. Pasta de dientes, comeremos pasta de dientes unos meses y si se termina seguiremos con el shampoo de manzana,
¡Bendito sea Dios, lograremos sobrevivir! ¡Sobreviviremos!!
-¡Abueloooo!- gritó mi mujer desesperada- ¿Qué hizo abuelo? ¡Tiró la radio chiquita al water! No tendremos más información de los que saben del clima. ¿Y ahora que haremos?
El abuelo -que habla poco- no dijo nada. Solo tiró la cisterna y se preparó para pasar unos meses en familia y en el baño... a salvo de los meteorólogos.